Descalzando el erotismo
¿Qué es el erotismo? Estaremos de acuerdo en que no hay una única definición. Es algo tan personal que lo que es erótico para mí, puede no serlo para ti o puede resultarte hasta pornográfico. Cuántas veces oímos que lo pornográfico es explícito y lo erótico sutil. ¿Pero es siempre así? Algo de todo esto pienso cuando recuerdo las escenas de fetichismo que se han vivido en el Rincón Foot Fetish del Salón Erótico de Barcelona. Son escenas explícitas de chicos masajeando, lamiendo y comiendo pies. Pero al no incluir genitalidad no son pornográficas y pueden salir en las noticias de las cadenas de TV. No deja de ser curioso que unas partes del cuerpo estén tan censuradas y otras, que para algunos son tanto o más excitantes, no.
El erotismo – MI erotismo – empieza por los pies. Me parece precioso ver a alguien absolutamente absorto acariciando uno a uno todos los rincones de un pie con dedicación y delicadeza. No importa qué más hay en el mundo, solo existen los pies. Hay fetichistas que te miran a los ojos mientras adoran tu pedestal, yo prefiero los que miran a los pies. Me resulta más erótico ver cómo se hipnotizan con esa parte del cuerpo. El fetichista es el detallista del sexo.
Cuando hay conexión entre quien da y quien recibe, no se necesitan miradas. Las sensaciones que pueden transmitir los pies pueden ser muy intensas. Unas manos cálidas en el momento en que las necesitas, una lengua juguetona descubriendo los recovecos entre tus deditos, unos dientes rozando la planta, unos pulgares presionando en el lugar justo. Todo ello puede resultar tan excitante… Luego, cuando al final sí se encuentran las miradas, el vínculo es absoluto. Ese momento es erotismo puro.
“Estoy fascinado y sorprendido de lo extremadamente sensual y sexy que me está pareciendo ver a la chica de las gafas haciendo trampling. Tan delicada y concentrada en él. Suave, despacio… Además suena música que acompaña a la acción. Cómo se recoge el pelo para que no le entorpezca en la conexión visual entre ellos dos…” Este mensaje me lo enviaron durante el Rincón Foot Fetish. Un observador descubrió el erotismo de pisar a alguien. Desde fuera, el trampling puede ser un baile. Desde dentro, acariciar con los pies descalzos el cuerpo de otra persona, jugando con las diferentes zonas y presiones, es una experiencia sublime. Ahora meto un pie en la boca, ahora acaricio el pecho, ahora clavo un poco más la punta, ahora camino. Aquí sí busco la conexión visual porque mirar desde abajo a los ojos de quien te pisa es un estímulo muy intenso. Y desde arriba, esa cara de sufrida devoción es cautivadora.
La delicadeza de pintar unas uñas, la suavidad de lavar los pies, la entrega al lamer unas plantas embadurnadas en chocolate, la fuerza al pisar a alguien, la seguridad de una dominación podal… Jugar con los pies es altamente erótico. Nos alegra saber que en el Rincón Foot Fetish del Salón Erótico de Barcelona algunos y, sobre todo algunas, lo descubrieron activamente.
Una buena sesión erótica no necesita de más para resultar muy satisfactoria.